Así como la naturaleza del agua es fluir hacia abajo, y eso le permite regar las plantas y los árboles jóvenes plantados en el jardín,
Al encontrarse con el agua, también el árbol pasa por los rigores de la penitencia, permaneciendo erguido y con nuevas ramas brotando y apareciendo frutos, se inclina hacia abajo (su unión con el agua lo hace humilde).
Habiendo adquirido humildad con su asociación con el agua, da fruto incluso a quienes le arrojan piedras. Al cortarse, se hace un barco con su madera que lleva a la gente de una orilla a otra del río. La madera se corta primero con acero y luego se clava.
El rápido fluir del agua arrastra al bosque, a su hijo criado junto con su enemigo (el hierro) y lo lleva a la otra orilla. Al igual que la naturaleza humilde y filantrópica del agua, el Verdadero Gurú no delibera sobre los vicios de los calumniadores del Si del Gurú.