Así como la punta de una flecha se rompe dentro de la herida del cuerpo y se saca con ayuda de un imán.
Así como se pone una sanguijuela en el forúnculo de un paciente que succiona toda la sangre sucia y el pus, aliviando así al paciente del dolor.
Así como una partera masajea el estómago de una mujer embarazada para aliviarle el dolor y el malestar.
De manera similar, aquel que ha sido bendecido con la palabra divina del Verdadero Gurú para meditar en ella y la practica ardientemente disfrutando del Naam, similar a un elixir, con su lengua, es capaz de disipar la influencia de los cinco demonios, es decir, la lujuria, la ira y el apego. , avaricia y