Los gursikhs con conocimiento contemplado brindan toda ayuda a los necesitados como un acto de bienestar, tal como lo hace un médico con un paciente, un donante con un mendigo, un comerciante con un cliente y los padres con su hijo.
Como acto de benevolencia, los que disfrutan del nombre del Señor llegan a las personas afligidas para brindarles consuelo. Son esposos de una esposa afligida o viceversa, amigos de amigos y otros seres queridos; según el código moral definido.
Los sijs bendecidos con la sabiduría del Gurú adquieren el conocimiento supremo del Señor y se encuentran con los mortales comunes como uno de ellos, inteligentes y sabios entre la reunión de hombres eruditos. Se acercan a los ermitaños como renunciantes.
Un sij tan racional y conocedor es muy raro que por el bien de la benevolencia se vuelva humilde como el agua y se una con personas de todas las denominaciones. (114)