Así como una persona impotente no sabe qué placer es compartir una unión con una mujer, y una mujer estéril no puede conocer el amor y el apego de los niños.
Así como no se puede definir el linaje de los hijos de una prostituta, y de todos modos no se puede curar a un leproso.
Así como un ciego no puede conocer la belleza del rostro y los dientes de una mujer y un sordo no puede sentir la ira o la felicidad de nadie porque no puede oír.
De manera similar, un devoto y seguidor de otros dioses y diosas no puede conocer la bienaventuranza celestial del servicio al verdadero y perfecto Guru. Del mismo modo que al espino de camello (Alhagi maurorum) le molesta la lluvia. (443)