Así como un cachorro se somete a un chacal o un Garud (Ardea argala) se inclina ante un cuervo.
Así como el Sol y la Luna residen en las casas de Rahu y Ketu (los dos demonios mitológicos hostiles), o Kalapbrichh, el árbol de los cielos que todo lo da, no cabe en la jungla de Calotropis procera.
Así como un ternero de una vaca siempre productora de leche (Kamdhenu) chupa las ubres de una cerda, o el joven de Airawat, el elefante del dios Inder sigue inclinándose ante un burro.
De manera similar, si el hijo del sij de un gurú comienza a adorar dioses y diosas, su nacimiento humano sería un fracaso, tal como lo sería un hijo de dos padres en una familia respetable. (477)