La importancia de que un discípulo obediente del Verdadero Gurú se reúna con Su congregación es sumamente sorprendente. Habiendo cumplido con todas las condiciones y códigos de amor mutuo, la luz divina del Señor perfecto brilla en él.
Con la adquisición del Naam, similar a un elixir, en la fragante presencia del Verdadero Gurú, experimenta tal tranquilidad que ninguna adoración del mundo puede igualar.
Debido a la belleza espiritual, una persona orientada al Gurú tiene una forma hermosa. En un estado de asombro y asombro, está absorto en una melodía que le produce trance y que no puede compararse con ninguna forma o modo de canto en el mundo.
Mediante la práctica perpetua de la meditación en el Naam, similar a un elixir, se produce un flujo perpetuo del elixir divino desde la décima puerta mística. Este estado es incomparable con cualquier otro en el mundo por su éxtasis y dicha. (285)