Una persona consciente del Gurú enhebra la palabra divina en el hilo de su conciencia en compañía de personas santas. Él reconoce la presencia del Señor omnipresente en forma de alma en cada uno.
Está siempre absorto en el amor y la fe del Señor Guru en su mente. Trata a todos por igual y además sonríe.
La persona consciente del Guru que alguna vez vive en presencia del Verdadero Guru es siempre humilde y tiene el intelecto de ser esclavo de esclavos (del Guru). Y cuando habla, sus palabras son dulces y llenas de súplica.
Una persona orientada al Guru lo recuerda con cada respiración y permanece en la presencia del Señor como un ser obediente. Así su alma permanece absorta en el tesoro de la paz y la tranquilidad. (137)