Así como el agua de los arroyos y ríos no hunde la madera, ella (el agua) tiene la vergüenza de haber regado y sacado la madera;
Así como un hijo comete muchos errores pero su madre que lo ha dado a luz nunca los cuenta (aún lo sigue amando).
Así como un culpable que puede tener innumerables vicios no es asesinado por un guerrero valiente en cuyo refugio pudo haber acudido, el guerrero lo protege y así cumple con sus rasgos virtuosos.
De manera similar, el supremo y benévolo Gurú Verdadero no se detiene en ninguna de las faltas de Sus Sikhs. Él es como el toque de la piedra filosofal (El Verdadero Gurú elimina la escoria de los Sikhs en Su refugio y los hace preciosos y puros como el oro). (536)