Nanak ha alcanzado la Paz meditando en el Señor, Él es el Destructor de todo dolor. (1)
Bendita, Bendita es esa lengua, oh mi vida, que canta la Gloriosa Alabanza de mi Señor.
Benditos y Espléndidos son esos oídos, oh mi Alma, que escuchan el Kirtan de la Alabanza del Señor.
Bendita la cabeza, oh mi vida, que cae a los Pies del Guru.
En sacrificio, Nanak ofrece su cabeza al Guru, pues Él es quien ha traído el Nombre del Señor, Jar, Jar, a su mente. (2)
Benditos y aprobados son los ojos, oh mi vida, que tienen la Visión del Santo Guru.
Benditas y puras las manos, oh mi vida, que escriben las Palabras de la Alabanza del Señor.
Oh mi vida, voy a lavar los Pies de aquél ser que camina en el Sendero de la Rectitud.
Nanak ofrece su ser en sacrificio a aquéllos que, escuchando el Nombre del Señor, creen en Él. (3)
Oh mi vida, la tierra, el cielo y los mundos bajos habitan en el Nombre del Señor.
El aire, el agua y el fuego también están para recitar la bella Alabanza del Señor.
Los bosques, la maleza y el mundo entero vive en el Señor.
Dice Nanak, aquél que voltea sus ojos a Dios y dedica su mente a su Señor, es investido en la Corte Divina. (4-4)
Bijagra, Mejl Guru Ram Das, Cuarto Canal Divino.
Los que se olvidan del Nombre del Señor, oh mi vida, esos arrogantes Manmukjs son ignorantes y desdichados.
Los que fijan su mente en el deseo y en Maya dejan este mundo lamentándose al final.
Los que son engañados por el error no encuentran Santuario en la Corte del Señor,
pero los que son emancipados por el Guru y habitan en el Señor, se inmergen en Su Nombre. (1)
Vayan todos ustedes y encuentren al Guru Verdadero pues les traerá el Nombre del Señor.
No tarden en alabar al Señor, ya que no saben cuando será su último aliento.
Bendito, bendito es el maravilloso instante en el que uno recuerda a Dios.
Nanak ha vivido en el Nombre del Señor y los mensajeros de la muerte no lo tocan. (2)
El Señor ve y escucha todo siempre, oh mi vida, y sólo tiene miedo aquél que traiciona su Conciencia.
Pero el que tiene su corazón puro, se deshace de sus temores,
su mente se llena del Nombre del Valiente Señor y todos los malhechores lloran, pero en vano.