Terminan las idas y venidas, el miedo y la duda, y así, él canta la Alabanza del Señor; Jar, Jar,
sí, todas sus faltas y todos sus sufrimientos acumulados en encarnaciones pasadas se limpian y se inmerge en el Nombre del Señor, Jar, Jar.
Aquél que habita en Dios, tal ser está lleno del Señor y su vida es aprobada;
sí, aquél en cuya mente radica el Amor al Señor, obtiene Éxtasis Eterno y cosecha el Fruto del Señor al vivir en el Estado de Nirvana. (3)
Aquéllos a quienes el Señor les sabe Dulce son los primeros entre los hombres.
El Nombre del Señor es su Gloria; el Nombre del Señor es su Compañero y experimentan la Esencia del Señor
a través del Bani de la Palabra del Guru. Permanecen desapegados y por un buen Destino, saborean la Esencia.
Ellos son hombres bendecidos, grandiosos y virtuosos y se vuelven perfectos a través del Bani de la Palabra del Guru, pues habitan en el Nombre del Señor.
Nanak, el Esclavo del Señor, pide por el Polvo de los Pies de los Santos para que su mente abandone su tristeza y su desolación.
Sí, a aquéllos a quienes el Señor les sabe dulce, se vuelven los primeros entre los hombres. (4-3-10)
Asa, Mejl Guru Ram Das, Cuarto Canal Divino.
En Satia Yug dicen que los hombres encarnaban en una Conciencia Plena, llena de Verdad, Contentamiento,
Concentración y Meditación, y que la Religión descansaba sobre éstos cuatro pilares.
Sí, el Conocimiento de las Excelencias del Señor era el objetivo de su vida, y el empaparse de la Gloria del Señor era la Bendición y la satisfacción que ellos añoraban
Ellos vivenciaban al Único Señor dentro y fuera, sabían que en todos lados estaba Él, y que no había nadie más;
estaban entonados en Él, era su Compañero de siempre y en la misma Corte del Señor eran honrados.
En la Era de Satia Yuga dicen que los hombres eran la Encarnación de la Verdad, el Contentamiento, la Concentración y la Meditación, y que la Religión descansaba sobre esos cuatro pilares. (1)
Después vino la Era de Treta Yug, en la que los hombres practicaban la castidad y la autodisciplina
y estaban llenos de la energía del poder. Un pilar se había caído y la religión descansaba solamente en tres, y así sus mentes y sus corazones se encendieron de furia.
Sí, la furia se desató en su corazón como una esencia ponzoñosa y los reyes se precipitaron a conquistarse los unos a los otros propagando el sufrimiento.
Fueron corroídos por la supremacía del ego y en ego floreció su vanagloria.
¡Qué Compasivo fue mi Señor que bendijo a los hombres con el Nombre Ambrosial que lava y limpia la mente del veneno!
En la Era de Treta los hombres tenían la energía del poder, la castidad y la autodisciplina. (2)
Y después vino la Era de Duapar en donde los hombres fueron desviados por la duda y el Señor creó a Krishna y a las Gopis.
Los hombres practicaban las Yagnas, que eran repeticiones de versos para inducir la Sabiduría Divina,
y se disciplinaban para actuar con bondad. Seguían el camino de las buenas obras,
pero su soporte religioso ahora contaba sólo con dos pies. Se peleaban con un fervor inmenso y eran consumidos por el ego.
El Único Señor, Compasivo con el pobre, trajo entonces al Guru, para que al ser encontrado, la impureza del error fuera lavada.
Sí, en la Era de bronce de Duapar Yug, los hombres fueron desviados por la duda y el Señor creó a Krishna y a las Gopis. (3)