Bebe, oh hombre, el Néctar del Señor; recita Su Nombre, Jar, Jar,
y medita contemplándolo en la Sociedad de los Santos para que puedas ser emancipado.
Tu Señor es el Leñador de todo, el Destructor de la tristeza; no Lo abandones ni siquiera por un momento.
Él está siempre en Dicha, Es siempre Verdadero y todos los méritos están contenidos en Él Mismo.
Él, el Señor del Universo, es Infinito, lo Supremo de lo sublime, Sin Forma, el Maestro de todo.
Dice Nanak, mi deseo se ha cumplido, pues he encontrado al Todo Prevaleciente Señor de Lakshmi. (3)
El mérito de un millón de Yagnas es para aquél que escucha y canta el Sonido del Señor.
Aquél que contempla el Nombre, salva a todas sus generaciones; se vuelve radiante y de grandeza indescriptible.
Oh Señor Bienamado, no me abandones; mi mente ora siempre por Tu Visión.
Glorioso es el día en el que el Señor me abraza en Su Pecho;
sí, Él, Quien es lo más Alto de lo alto, Insondable e Infinito.
Estoy satisfecho cuando encuentro a mi Bienamado Señor, el Dios. (4‑3‑6)
Bijagra, Mejl Guru Aryan, Quinto Canal Divino, Chhant.
¿Por qué estás apegado al otro? Su sendero es y será traicionero siempre.
Oh ser confundido, no hay nadie que te apoye así,
te arrepientes siempre de tus acciones,
pues nunca has recitado la Alabanza del Señor y nadie sabe qué otra oportunidad llegará a ti.
Las hojas que caen del árbol no crecen en él nuevamente, y el viaje en el sendero de la muerte es muy solitario.
Dice Nanak, sin el Nombre del Señor, por aquí y por allá uno anda siempre doliente. (1)
Practica falsedades, pero el Señor, el Conocedor de lo íntimo, lo sabe todo, y no hay forma de ganar, ni siquiera a través de un juego lleno de astucia.
Y a la hora de entregar cuentas ante el Señor de la Ley, uno es molido como semilla en la prensa de aceite,
y sometido a la rueda del Karma, obligado a encarnar una y otra vez.
Intoxicado con Maya, la gran embustera, pierdes la Joya de la vida humana,
pues aunque aprendas todo tipo de cosas, no te elevarás hacia el Nombre del Señor.
Reza Nanak, quienes traen su Destino marcado de tal forma, se sienten atraídos por el apego emocional y la duda. (2)
¿Quién puede suplicar por un malagradecido que nunca quiso saber nada de Dios?
A la hora de recibir la llamada de la muerte sufre arriado por el lamento
y llevado a través de la oscuridad de su conciencia,
pues siempre se apegó a Maya, la gran embustera, y nunca recitó la Alabanza del Señor a través de la Palabra del Shabd del Guru.
Así abrazó el acero candente de la lujuria, del enojo y del ego, y ahora sufre privado de la Sabiduría Divina.
Dice Nanak, por azares del Destino, sus labios nunca lograron pronunciar la Alabanza del Señor. (3)
No hay ningún refugio sin Ti, oh Señor; es Tu Naturaleza purificar nuestra Alma.
Oh Maestro Benévolo, Tesoro de Misericordia, yo busco Tu Refugio;
sácame del pozo oscuro, oh Sostenedor de todos los corazones,
sólo busco Tu Refugio para que rompas mis cadenas
y me concedas el Soporte de Tu Nombre