Me paro a un lado viendo hacia el más allá; yo, la joven y bella Novia de mi Rey.
Permíteme, oh Guru, amar por siempre Su Nombre, para que pueda seguir Sus Huellas.
Lo primordial de mi cuerpo y de mi mente es el Nombre; ya he quemado el recinto traicionero del ego.
Úneme con mi Señor, oh Guru, úneme con ese Señor, Cuyo Jardín de Flores es el Universo entero. (2)
Slok, Mejl Guru Nanak, Primer Canal Divino.
Los musulmanes alaban su ley y la leen y la contemplan,
pero el Esclavo del Señor es aquél que se concreta en tener la Visión de Su Darshan.
Los hindúes alaban al Señor Cuya Presencia y Forma son Infinitas,
pero ¡para ganárselo se bañan en las supuestas aguas santas y queman incienso perfumado y hacen ofrendas de flores a ídolos!
Los Yoguis meditan en el vacío y dicen que el Creador es Inefable.
Sin embargo, al Nombre Sutil y Absoluto le dan la forma de un cuerpo.
Las personas piadosas se sienten contentas si dan todo lo que pueden,
pero después de dar, exigen más y más reconocimiento del mundo.
Después están los ladrones, los hechiceros, los mentirosos, y los malvados,
y aquéllos que se comen todo el mérito que obtuvieron en el pasado. ¿Tiene algún valor su vida?
En las aguas como en la tierra, en los tres mundos como en las esferas,
hay vida, forma tras forma, y cualquiera que sea su deseo, Tú lo llenas, pues, ¿quién otro es su Soporte más que Tú, oh Dios?
Dice Nanak, ¡El hambre de Tus Devotos reside solamente en alabarte,
oh Señor, y su sustento es Tu Verdadero Nombre, y así viven gozosos, siendo el Polvo de los Seres de Mérito! (1)
Mejl Guru Nanak, Primer Canal Divino.