el poderoso se lamenta, y a nadie le importa, y castigado, no encuentra ningún refugio. Mira,
el ciego de mente malgasta su vida en vano. (3)
Oh Señor Compasivo con el pobre, escucha mi plegaria.
Oh Maestro, Señor, mi Rey, busco el Refugio de Tu Nombre; viértelo Tú en mis labios.
Tú eres el Amante de Tus Devotos; ese es Tu Título de Realeza; ¡salva mi honor, oh mi Señor!
Nanak se ha retirado a Tu Asilo; llévame con Tu Nombre a través. (4‑8‑15)
Slok, Mejl Guru Nanak, Primer Canal Divino.
En Reverencia al Señor sopla el aire con sus miríadas de brisas.
En Reverencia a Él corren un sinnúmero de ríos.
En Reverencia a Él, el fuego se estremece en su obra.
En Reverencia a Él, la Tierra soporta el peso de su densidad.
En Reverencia a Él, las nubes flotan en el aire y fluctúan.
En Reverencia a Él, el Juez de la Ley Divina se para en la Puerta del Señor.
En Reverencia a Él el sol resplandece.
En Reverencia a Él brilla la luna, y se mueven millones de años en el tiempo y espacio sin fin.
En Reverencia a Él habitan los Siddhas, Buddhas y Nathas;
En Reverencia a Él, el cielo se extiende sobre la tierra.
En Reverencia a Él, actúan los guerreros y héroes valientes,
En Reverencia a Él, cargamentos enteros de hombres van y vienen.
Sí, el Decreto de la Reverencia al Señor rige sobre todos nosotros.