Él mismo destruye su propia credibilidad
y la confianza no le será otorgada otra vez.
Cuando uno ofrece al Señor lo pertenece al Señor
y deseoso vive en la Voluntad del Mandato de Dios,
Él se lo devolverá a uno cuadruplicado,
dice Nanak, así de Generoso es el Señor Maestro. (2)
Todo amor a Maya abreva en la ilusión y depende de los sentidos,
de ahí que sea perecedero.
Y así como pronto se desvanece la pasajera sombra de un árbol,
así te lamentas cuando pierdes algo que aprecias.
El mundo material, que parece tan sólido, no dura más allá de un instante;
¿por qué entonces ese arrobo por lo perecedero?
¿Qué puede emprenderse con un viajero que está de paso y pronto partirá?
nada viene a sus manos de esta manera.
Oh mi mente, el Amor al Nombre propiciará tu Paz,
pero sólo podrás amarlo si Dios Mismo te bendice. (3)
Todo amor propio, tal como el apego a los bienes materiales, a los parientes y a las cosas,
está fundado en la ilusión.
Irreal es el ego e inútil el apego; perecederas son la belleza, los atavíos y la riqueza.
Transitoria es también la capacidad del hombre para gozar de los placeres carnales y para atemorizar con su ira a otros.