La misma Luz de Dios ilumina la tierra y los mares;
en los tres mundos prevalece el Guru;
el Dios se manifiesta a través de Su Luz y cuando Él da Su Bendición,
uno regresa a su Casa.
Entonces el Néctar se derrama en la mente sin cesar,
y uno es adornado con la Palabra Sublime.
Aquél que conoce la Esencia de Dios,
es en verdad Uno con Él.(8)
Cuando se levanta el Sol de la Sabiduría, uno conquista los cinco enemigos,
porque entonces uno ve hacia arriba y reflexiona sobre la Palabra,
y viendo a Dios en los tres mundos,
en el principio y en el fin, ve que el Señor Mismo hace, dice y escucha.
Él es el Arquitecto del Destino y nos bendice con la mente y el cuerpo.
Él habita siempre ahí, en mi mente y en mi boca,
porque Él es la Vida del mundo y no hay ningún otro.
Dice Nanak, imbuido en el Naam, el Nombre del Señor, uno alcanza el Honor.(9)
Aquél que adora amorosamente a su Señor,
el Dios, gana la batalla de la vida y conquista su mente,
conservándose día y noche imbuido en el Amor del Señor,
y conoce al Único Señor en los tres mundos y en las cuatro épocas.