Meditando en el Señor, el ego se desvanece.
Meditando en el Señor, se va el dolor de Yama.
Meditando en el Señor, el miedo a la muerte desaparece.
Meditando en el Señor, tus enemigos son destruidos.
Meditando en el Señor, nada disturba tu Paz.
Meditando en el Señor, permaneces despierto noche y día.
Meditando en el Señor, uno se libera de sus miedos.
Meditando en el Señor, se van los sufrimientos y las aflicciones.
Medita en el Señor, en la Saad Sangat, la Sociedad de los Santos,
pues si amas al Señor, serás el maestro de todos los tesoros.(2)
Meditando en el Señor, uno se vuelve hombre milagroso, el maestro de los Nueve Tesoros.
Meditando en el Señor, uno logra la Sabiduría, el Contentamiento, la Inteligencia y la Esencia de todas las cosas.
Meditando en el Señor, se da la Verdadera Contemplación, Austeridad y Alabanza.
Meditando en el Señor, uno hace a un lado el amor por el otro.
Meditando en el Señor, uno se baña en la Santidad.
Meditando en el Señor, uno es honrado en la Corte del Señor.
Meditando en el Señor, uno hace lo que es bueno.
Pensando en Él uno se baña en la Fuente de Santidad y todas las acciones que se emprenden dan los más preciosos frutos.
Sólo aquéllos que reciben Su Bendición meditan en Él.
Nanak se conforma con tocar los pies de aquéllos que han concebido en sí mismos el Nombre. (3)